El astronauta había viajado especialmente al planeta Zooc con la misión de investigar la vida de los animales de ese lugar. Después de seis semanas de vuelo, su nave aterrizó en un claro, en plena selva. Se parecía muchísimo a las selvas de la Tierra, con sus enormes árboles, sus enredaderas y sus lianas.
Tomó su cámara de fotos, su cuaderno y su lápiz y salió a investigar. Caminó un rato por un sendero, junto a un río. Sí, esa selva espacial se parecía a todas las otras selvas. No había nada raro en ella. El astronauta siguió caminando y escuchó ruidos. Entonces, se ocultó entre los matorrales y preparó su cámara de fotos.
En ese momento los vio. Junto a un lago había varias manadas de animales que estaban tomando agua.
Entonces, el astronauta abrió la boca más grande que un plato de sopa. Porque los animales no eran como los que él conocía. O sí. Sólo que estaban un poco embarullados, como si alguien hubiera mezclado las piezas de un rompecabezas.
Había jirafas con trompa de elefante, que usaban para comer las hojitas de los árboles. Pero también había elefantes con cuello larguísimo como el de las jirafas y lunares amarillos en la piel. Las más graciosas eran las cebras que lucían una melena como las de los leones, pero con rayas.
El astronauta también vio monos sentados en las ramas, comiendo bananas por supuesto; pero no se trepaban a los árboles. Llegaban volando porque tenían unas alas enormes como las de las aves.
Y las serpientes no reptaban por el suelo, sino que caminaban lo más tranquilas con sus cuatro patas.
Lo más insólito era que los peces tenían plumas de colores en lugar de escamas y andaban fuera del agua, cantando como jilgueros. En cambio, los que nadaban con unas preciosas aletas eran los avestruces, mientras los hipopótamos que tenían hocico, bigotes y orejas de liebre se quedaban en su nido de la orilla.
Los cocodrilos tenían caparazón de tortuga, las hienas, cuernos de rinoceronte en la cabeza; y los jabalíes, jorobas de camello. ¿Y el rey de la selva? Un pico largo de colores como el de los tucanes.
El astronauta sacaba fotos y más fotos y tomaba nota de todas sus observaciones.
Estaba feliz con sus descubrimientos. Pero por la emoción, se olvidó de ponerle un rollo a su cámara de fotos. Y claro, cuando regresó a la Tierra nadie le creyó lo que había visto. Y es que es imposible creer que exista un planeta tan loco como Zooc, en el que hay animales tan raros.
[themeone_button text=”DESCARGA” url=”https://consejodelacomunicacion.org/www.leermx.orgwp-content/uploads/2017/06/ANIMALES-ESPACIALES.pdf.zip” size=”regular” type=”standard” border=”full-rounded” style=”to-button-border” txtcolor=”accent-color1″ bgcolor=”#cc00c8″ bganim=”” target=”_blank” iconanim=”” icon=”fa fa-cloud-download”/]
Deja un comentario