Esta fotografía lleva años circulando tanto en Facebook como en Twitter ‒desconozco su origen‒. El secreto de su viralidad consiste en darle forma, con muchísimo humor, a lo que se suele calificar como una de las peores pesadillas de los libreros. Normalmente con libros de cubierta azul, y a veces con rojo, muchas son las librerías que han recurrido a este ingenioso reclamo publicitario, una de las situaciones más delirantes a las que tienen que enfrentarse diariamente los libreros. El problema es que los libros, sobre todo los de ficción, se catalogan por autor y por título, y no por tema o línea argumental, así que cuando se desconocen los primeros datos y solo se tienen los segundos ‒y no siempre de forma muy clara‒ es muy difícil saber de qué libro se trata.
No se habla mucho de ello, pero a menudo los bibliotecarios también tienen que vérselas con ese peliagudo momento en que llega un lector que no recuerda el título del libro que quiere y que espera que lo descubras con uno o dos detalles difusos. Para ayudar a esos lectores, Gwen Glazer, bibliotecaria en la Biblioteca Pública de Nueva York, publicó el año pasado una brevísima guía en la que daba unos pocos consejos para que cualquiera pudiera encontrar un libro cuando no se acuerda de su título.
Glazer recomienda empezar anotando todo lo que se recuerde sobre el libro: trama, nombres de personajes, género, fecha de publicación, etc. Todos estos detalles son importantes pistas para identificar el autor y el título del libro.
A continuación hay que usar Internet. La primera herramienta a la que habría que recurrir, evidentemente, es Google. Lo más básico sería poner en la barra de búsqueda de Google todo lo que se recuerde sobre el libro e ir comprobando los resultados uno por uno. También se pueden buscar datos más concretos, siempre entrecomillados.
En su guía Glazer también hace referencia a otra guía publicada por la Internet Public Library centrada en la literatura infantil aunque extrapolable a toda la literatura en general. Aparte de todos los datos anteriormente mencionados, es muy útil saber si hay libros similares al que se está buscando. Hay que recordar que Internet está llena de herramientas que permiten buscar libros por libros similares, por gustos o por detalles más concretos, como TasteKid, What Should I Read Next, The Fussy Librarian, Whichbook o The Book Seer. Todas ellas son páginas centradas sobre todo en libros en inglés, aunque también es posible encontrar literatura en castellano. Para libros en español existen servicios como Quelibroleo, el buscador emocional de Roca Libros o Tú qué lees ‒donde puedes encontrar a tu alma gemela lectora, que quizá te ayude a encontrar ese libro que buscas‒. Hay que tener en cuenta que muchas de estas herramientas son en realidad recomendadores de libros, como el de El Tempo de las mil puertas, no instrumentos específicos para encontrar libros cuyos títulos no recuerdas. Si lo que se recuerda es solo la cubierta del libro, también es posible hacer búsquedas con este criterio en Big Book Search ‒sobre todo en inglés, pero también en español‒.
Si todas estas opciones fallan, es hora de recurrir a otros usuarios de la red. Los foros son una buena opción, desde los más amplios Reddit ‒donde aparentemente hay respuesta para todo‒ hasta comunidades más específicas como Goodreads o LibraryThing. Está claro que estos servicios serán más efectivos en inglés, pero seguro que también en español hay personas dispuestas a ayudar. Si solo se recuerda una palabra, también se puede usar la función de búsqueda de Goodreads o de LibraryThing para encontrar listas títulos con una palabra en particular. En Goodreads, además, existen listas de títulos que los lectores han clasificado en categorías únicas, mucho más concretas que su género, como la profesión de su autor o la década en que fue publicado.
Una última alternativa para desvelar el misterio del libro cuyo título no recordamos está fuera de Internet. Si el Google de antes de existir Google estaba en las bibliotecas, se puede seguir echando mano de libreros y bibliotecarios para descubrir qué libro estamos buscando. Eso sí, si podemos darle algún dato más aparte del color de la cubierta mejor que mejor.
De hecho, para resolver el misterio Glazer creó recientemente un equipo de expertos. De todas formas, como dice la bibliotecaria, a veces hay que admitir que no vamos a encontrar el libro que estamos buscando. Y tal vez esto no sea una mala noticia. El mundo está lleno de grandes libros, y quién sabe si buscar un título en concreto puede llevarnos a descubrir otros. En ese caso la búsqueda habrá merecido la pena.
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