
Por eso, declaro que no creo en la lectura obligada, porque no tiene eco en la memoria de nadie. Porque así como no tiene sentido decir y presumir estar enamorado sin sentirlo, así tampoco tiene sentido leer sin enamorarse de lo que tienes entre las manos.
Buscamos motivar el placer de la lectura a los jóvenes y al mismo tiempo que los jóvenes sean los agentes de cambio que ayuden a generar un movimiento a favor de la lectura. Los jóvenes son modelos a seguir de los niños y al mismo tiempo, son observados por los adultos.
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