Así es, soy de otro mundo. Consuélense pensando que cuando miran al cielo, vemos las mismas estrellas.
Ya acumulé algo de lo que ustedes creen que es el tiempo, aprendiendo de sus costumbres y claro, su lenguaje. Porque el lenguaje es amor, siempre, en cualquier planeta, en cualquier galaxia.
Por ejemplo, las ansias del suspenso me las enseñó Stephen King, y las ansias de la vida surgieron de la mente curiosa, que no quiere apaciguar.
Retuitea este Stephen King de la suerte para tener muchos libros nuevos este mes ??? #CosasDeLectores pic.twitter.com/kh1qacDGVv
— LeerMx (@LeerMx) 19 de enero de 2017
En fin, la vida es una metamorfosis. Un día despiertas con ganas locas de bailar, y al siguiente no puedes ni dar un paso, así es esto de ser humanos, creo.
No he aprendido mucho, tan sólo que las parejas de los libros, son mucho mejores que en la realidad de la cotidianidad.
¿Cómo pueden los seres humanos saber quiénes son si todo cambia de un momento a otro? Si fueran realmente lo que los cambios reflejan, serían como mi compañero marciano, el más famoso de todos, David Bowie, reinventándose siempre.
Porque, enfrentémoslo, por mucho que nos agrade ser telenovelescos y creer en la totalidad, nunca podremos ser enteramente buenos o malos, sino una mezcla extraña entre lo que podemos hacer.
Y si somos extraños y un poco locos, mejor, porque leí por ahí que esa es la forma de alcanzar la felicidad. ¿Será?
Lewis Carroll fue matemático, fotógrafo y escritor. Su obra más reconocida es claro, Alicia en el País de las Maravillas #FelizNoCumpleaños pic.twitter.com/uz54KL0vDx
— LeerMx (@LeerMx) 27 de enero de 2017
Seguiré investigando, leyendo y haciendo aquello que hagan mis compañeros humanos, no para impresionarlos, sino para seguir muriendo de impresión con sus extrañas costumbres.
No quiero leer para impresionar a otros, quiero leer para no dejar de impresionarme como un niño #CosasDeLectores pic.twitter.com/1Yh2bfhr4K
— LeerMx (@LeerMx) 24 de enero de 2017
Seguiré haciendo anotaciones y doblando páginas para volver a consultar a mis nuevos amigos de papel, tal como me contaron que lo hacía un tal Newton:
¿Sabías que Isaac Newton no temía dañar sus libros?
Acostumbraba doblar las esquinas para que la punta señalara lo más importante. pic.twitter.com/Rr9wQAxXoW
— LeerMx (@LeerMx) 24 de enero de 2017
Porque al final, lo que perdemos siempre vuelve a nosotros ?
Deja un comentario