El estudio realizado por la estructura de investigación interdisciplinar de lectura ha sido liderado por Pablo Delgado, Cristina Vargas y Ladislao Salmerón, de la Facultad de Psicología, con la colaboración de Rakefet Ackerman, del Institute of Technology de Israel, cofinanciado por el proyecto europeo COST E-READ y por un proyecto del Ministerio de Economía y Competitividad.
Este “efecto de superioridad del papel” depende de la “presión temporal”, que establece que la lectura en papel, según el cual el formato papel es más adecuado en los textos informativos que en los narrativos.
El análisis fue publicado en la revista Educational Research Review, número 3 en el artículo “Don’t throw away your printed books: A meta-analysis on the effects of reading media on reading comprehension” (“No tire sus libros impresos: un meta análisis sobre los efectos de la lectura de los medios en la comprensión lectora”).
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Jóvenes comprenden aún más el papel
El investigador del Departamento Psicología Evolutiva y de la Educación, Ladislao Salmerón, asegura que la superioridad del papel se incrementa en las personas menores de 20 años.
En cuanto al perfil del lector, “La generación que ahora tiene 16 años muestra un efecto de superioridad del papel mayor que el que mostraban generaciones anteriores. Para que quede claro, las nuevas generaciones comprenden todavía más en papel que en digital, en comparación a las generaciones previas”.
La introducción de nuevos medios tecnológicos en las escuelas no ha evaluado los efectos sobre el aprendizaje y la comprensión lectora.
Este metaanálisis se ha elaborado con base en los resultados de un estudio hecho a 170.000 personas, de edades comprendidas entre la etapa primaria y la edad adulta, provenientes de más de diez países diferentes.
Cerebro flexible
Sócrates creía que la palabra escrita era una amenaza para la oratoria y la memoria, por eso la lectura estaba reservada a unos pocos. Sin embargo, la lectura fue un enorme avance y un gran reto para el cerebro. Con la tecnología, el soporte digital amenaza con desplazar al papel. Aunque existe más dificultad para memorizar y comprender cuando se lee en una pantalla así como mayor fatiga visual.
Según Luis Miguel Martínez Otero, responsable del grupo de Neurociencia Visual del Instituto de Neurociencias de Alicante (CSIC-UMH), un cambio en el formato de lectura no es tan grave para el cerebro. Por eso, «lo importante es leer».
El cerebro tiene más limitaciones de las que pensamos, pero encuentra la manera de salvarlas. Una podría ser la dificultad de leer en una pantalla cuando se está «acostumbrado» al papel. Según Martínez Otero, «Depende del soporte digital. Si es internet, con anuncios, prefiero el papel. Si es un libro electrónico me da igual. Yo tengo 44 años, pero mi hijo de 9 prefiere el soporte digital. Depende de cómo te educas», explica.
Por su parte, el neurocientífico francés Stanislas Dehaene señala que el cerebro no «viene programado de serie» para leer. Cada vez que alguien aprende a hacerlo, ya sea un niño o un adulto, ciertas regiones destinadas a otras funciones, como el reconocimiento de caras y objetos, se «reconvierten» para interpretar palabras, la plasticidad de nuestro cerebro hace posible ese cambio, que mejora en gran medida su rendimiento.
¿Pantalla o papel?
La investigadora Maryanne Wolf, de la Universidad de Tufts (EEUU), dice que el papel tiene ventajas. A su juicio, un texto es un paisaje escrito que se asemeja a un mapa topográfico que guía la lectura. El soporte digital implica menos referencias: no vemos la extensión, esquinas o márgenes, ni tiene casi ilustraciones, que ayudan a recordar. La memoria visual también es importante.
Un trabajo de 2012 del «British Journal of Educational Tecnology» no halló diferencias entre universitarios que leían un texto de 600 palabras en formato digital o impreso. La comprensión y detección de errores fue igual en ambos casos, aunque la tarea se acortó en la pantalla.
Dislexia y texto digital
El texto digital facilita la lectura a niños con dislexia. Por ejemplo, quienes sufren deficiencias visual es pueden aumentar el tamaño de la letra, lo que supone un gran alivio. Pero quizás lo más novedoso esté en el campo de las dificultades de aprendizaje de los más pequeños. «Varias investigaciones recientes han mostrado que un ligero aumento del espaciado entre las letras (respecto al espaciado estándar) produce tiempos de lectura más rápidos en los niños con dislexia, así como mejoras en la comprensión de los textos.
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