Hace algunos años mi mamá estaba de cumpleaños y uno de sus regalos fue La ladrona de libros de Markus Zusak. Corría esa época en la que los libros de mi mamá, terminaban inevitablemente en mis manos. Lo tomé prestado (y creo que nunca lo devolví) porque me impresionó la narración de la primera página, a cargo de la muerte, descifrando el significado de los diversos colores del cielo.
Recuerdo cómo uno de los personajes de ese libro me llegó directo al corazón y me sacó lágrimas y carcajadas a cada capítulo que avanzaba: Rudy Steiner. Él fue exactamente ese personaje que quieres traer a la vida y mantenerlo a tu lado por siempre y para siempre, un amigo completamente incondicional.
Otra de mis debilidades, que sí, lo confieso, me sacó lágrimas al por mayor, fue el coronel, que me llegó con una edición viejísima del buen Gabriel García Márquez de El Coronel no tiene quien le escriba. La historia es triste, pero la melancolía del Coronel me provocaba abrazarlo por siempre. Es en definitiva, otro personaje que debería trabajar en el laboratorio de los personajes literarios que quiero traer a la vida.
La Maga, del clásico de Julio Cortázar, un personaje más que añado a la lista de esos personajes que me robaron el corazón y los suspiros. La más sabia sin siquiera saberlo, la que pecaba de inocencia de niña, y de sabiduría que viene con la edad y con las vivencias.
Agnes, de La Inmortalidad, de mi adorado Milán Kundera se incluye en mi lista. Conocerla, saber lo que pensaba, su relación con las flores más bonitas que mis ojos podrían ver –las No me olvides, por supuesto– me hicieron sentir que veía mis días reflejados en su historia. Desde que la conocí, mis caminatas por cualquier calle dejaron de ser casuales para convertirse en narraciones detalladas de cómo el viento mueve el cabello sobre las caras y cómo de los gestos nacen historias huracanes.
Guillermo de Baskerville de El nombre de la Rosa es sin duda otro de mis personajes favoritos, que sin dudarlo me encantaría conocer en carne y hueso, o en espíritu, mientras pueda tomarme una taza de café y platicar una tarde entera.
He pensado muchas veces en el por qué los personajes de los libros se convierten en seres entrañables en nuestras vidas y he llegado a varias conclusiones: o nos identificamos con ellos en gustos y formas de ser o pensar; los relacionamos con seres importantes en nuestra vida; nos contagian de su sinceridad, de su desenfado, de su belleza; o simplemente nos provocan emociones, nos llevan a tener discusiones imaginarias con ellos, a quererlos bonito.
¿Cuáles son los personajes de tu lista?
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