¿POR QUÉ ESPERAMOS CON ENTUSIASMO DURANTE AÑOS QUE SALGAN LOS LIBROS DE NUESTROS AUTORES FAVORITOS?
Lisa Kleypas, una de las autoras de novela romántica histórica que más vende y que tiene una legión de seguidores más entusiastas, acaba de anunciar en Facebook que el protagonista de su próxima novela y la nueva entrega de su serie en curso (que va a empezar a ser ahora publicada en España) iba a ser el hijo de los protagonistas de una sus novelas más populares, El diablo en invierno. El vídeo en el que lo anuncia ronda las 40.000 reproducciones y la comunidad de lectores se ha entregado a una fiebre por la novela. No hay más que ver el post de Smart bitches, trashy books para verlo. El perfil en Facebook de la autora está lleno, cómo no, de comentarios entusiastas y los lectores están afirmando su emoción por el libro y su interés en leerlo. El hecho de que tengan que esperar hasta 2017 parece no importar mucho más allá que para lamentar el tiempo que queda.
Esta misma semana, George R. R. Martin, uno de los autores que más vende y que más pasión desata en otro género, lanzaba un nuevo capítulo de su próxima novela en su web. En su caso, no se sabe cuándo la novela llegará realmente al mercado (sus lectores tienen que armarse con todavía mucha más paciencia, porque no solo el autor escribe lentamente sino que además no cumple con los plazos de entrega previstos y con las quinielas creadas con entusiasmo por sus lectores) pero sus lanzamientos de contenidos y sus adelantos despiertan mucho más entusiasmo que cualquiera de los otros lanzamientos y mensajes que puedan señalar cualquiera de los demás autores que se mencionan en este artículo.
Martin, el autor de la saga de novelas que ahora están siendo adaptadas a la televisión como Juego de Tronos, tiene una base de lectores fieles y entusiastas (aumentados ahora gracias a la tele) que esperan con auténtica pasión todas sus entregas. No importa que no se pueda poner una fecha en la agenda: sus lectores esperan igual con entusiasmo y contarán los días. Importa menos que la suerte de algún personaje se haya quedado congelada en el tiempo en la última página que protagonizó en el último libro y que todo el mundo esté deseando saber qué es lo que ha ocurrido con su historia.
En su página web, Diana Gabaldon, la autora de la serie Outlander, de la que está saliendo ahora la serie de televisión y otra saga de libros que lleva ya décadas siendo publicada (el primer libro se publicó en los 90), no solo tiene una ‘lista de metadona’ sino también varios avisos señalando que necesita como mínimo dos años para escribir un libro y que no quiere que le pregunten todo el tiempo cuánto falta para que salga el siguiente libro.
Los tres casos son muy diferentes y llegan a mercados completamente distintos y con alcances completamente diferentes en lo que a escala supone (el alcance de George R.R. Martin es inmenso) pero todos ellos sirven para mostrar lo mismo. Los lectores que siguen a un autor o a una saga de libros esperan con pasión cada entrega y son fieles a ellas con total entusiasmo. Poco importa que haya que esperar incluso años para seguir leyendo: uno espera y espera y se hace con los libros tan pronto como puede. El nuevo libro de Kleypas, por cierto, Devil in Spring, ya es el 635 ebook más vendido en romántica en Amazon en Estados Unidos. Puede parecer una cifra no tan vistosa, pero si se tiene en cuenta que en Amazon se presenta como Unti Kleypas Novel #22 y que no se publicará hasta el 28 de febrero de 2017 es bastante impactante.
Pero ¿qué es lo que hace que los lectores esperen lo que haga falta y qué creen grandes expectativas meses y años antes de tener el libro en sus manos frente a las nuevas entregas de sus autores favoritos? ¿Por qué se empieza a disfrutar la lectura casi millones de años (así parece mientras se espera el día en el que realmente se podrá leer el libro en cuestión) antes de que realmente salga el libro?
Podríamos ponernos en el punto de vista más cínico y señalar que todo es marketing. Ir lanzando adelantos e ir mencionando qué se puede esperar el lector del libro en cuestión solo ayuda a generar conversación. Hace que nunca dejemos de hablar del libro y que así los lectores nunca pierdan de vista al autor en cuestión y al libro que publicará en el futuro mismo. La burbuja se va retroalimentando y el libro se mantiene siempre más o menos vivo. Y esto es muy importante si se tiene en cuenta los ciclos de mercado y el hecho de que cada vez todo es más rápido y las ventanas de interés son mucho más cortas. Así, aunque entre un libro y otro medien años y meses, nunca olvidamos lo que nos espera y, de hecho, lo deseamos cada vez más.
Pero, por otra parte, la cuestión también se puede analizar desde un punto de vista mucho más literario y mucho menos ‘de negocio’. No todos los autores y no todos los libros consiguen que nuestro interés se mantenga despierto durante tanto tiempo y no todos consiguen que los años de espera nos importen relativamente poco. Tiene que ser un escritor que lo haga muy bien en lo suyo, que consiga realmente conectar con el lector y que haya generado una comunidad de lectores muy fuerte el que logre que las expectativas se mantengan a pesar de la espera.
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