Hemos estado mucho tiempo en casa, lo cual nos ha permitido compartir momentos en los que han florecido emociones diversas, algunas veces de alegría y otras, quizá, de enojo. Hablar sobre ello no es sencillo, aunque la lectura puede ser un pretexto perfecto para hacerlo, pues como diría Virginia Woolf: “Los libros son el espejo del alma”.
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