¿Por qué lees? La respuesta a esta pregunta definirá lo que sientes al leer. ¿Para ti es un martirio o un placer, lees por gusto o por imposición? Ponte a pensar, a las personas que leen se les percibe como seres superiores, cultos o sabios; es cierto, en cierto modo. Nos rodean expresiones como: “Los líderes son lectores” o “la incultura nace de personas que no leen”. Yo mismo lo he dicho, sin embargo, ¿”tú” por qué lees? Ahí está la clave.
¿Lees -acaso- porque alguien dice que si no lo haces eres menor que él?
En definitiva, ¿lees por una imposición ajena, externa a tu propio mundo invisible?
Quiero que traigas a tu mente una escena, acompáñame… Imagina un bebé, su primer contacto con el mundo fantástico sucede cuando sus protectores le cantan o le relatan un cuento por vez primera.
Las imágenes -al principio- son nuevas, pero poco a poco esas historias van teniendo un mayor sentido, otorgándoles así un maestro propio, basado en la experiencia, una vocecita interna a la que llamamos conciencia.
Es habitual escuchar que antes de dormir es bueno contarles historias a los pequeños y que a medida que pasa el tiempo se convierte en un momento placentero, incluso esperado por el niño.

También se ha descubierto que este hábito ayuda a las conexiones neuronales del niño.
¿Dónde yace el problema?
A menos que hayas nacido en una familia cuyo único placer es la lectura, lo más probable es que a medida que pasan los años los libros quedan en segundo plano.
¿Y que hacen los profesores para contrarrestar la epidemia del amante de la televisión? Obligarte a leer. Los libros se convierten en sinónimos de tortura, los compañeros que sí leen se alzan con la etiqueta de “frikis o masoquistas”. Ya siendo adulto la cosa poco cambia, solo que ahora la sociedad te juzga como poco capaz.

Apoyo la lectura, a eso me dedico. Pero, yo apoyo la lectura del placer, vivir, soñar, viajar a través de las paginas entintadas, rodearse de amigos fantásticos, contemplar la realidad con otros ojos. Con ojos que solo la lectura te puede dar.
Ahora te toca a ti: ¿Por qué lees?

Por: Gabriel Lanswok | Vía: lapiedradesisifo.com
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